Utopía Y Mentira De La Novela Panóptica

En cuanto a la novela panóptica, en una primera aproximación, la pensamos como un dispositivo disciplinario “imaginario” equivalente a los recintos cerrados descritos por Foucault: manicomio, cuartel, prisión, escuela. En el fondo de toda novela panóptica hay una pequeña o gran prisión. Cárcel que aprisiona los deseos perturbadores, la libertad fascinante de los flujos de vida. Máquina cárcel barrida en todos sus rincones por el ojo implacable del narrador-vigilante, para que nada ni nadie escape, para aniquilar, para “sacrificar” al que, a pesar de todo, persiste en “fugarse”. En una segunda y distinta mirada, establecemos la diferencia “escandalosa” entre el vigilante imaginado por Bentham y el narrador omnisciente de la novela realista. Esta figura omnicontemplativa del ojo del poder narrativo tiene, en efecto, unas características inconcebibles en el aparato panóptico: está atraída por los deseos perturbadores de los vigilados y a la vez les teme”. La mentira está entre aquellas novelas que rechazan la atracción y la verdad en las que demuestran el carácter ilusorio y falaz del triunfo del disciplinamiento sobre la fascinación producida por los deseos perturbadores.