Cuando hablamos del racismo, parece que las personas que lo sufren lo hacen a través de instituciones impersonales o de individuos extremadamente violentos y racistas.
Pocas veces se contempla que el proceso de racialización que sufren las personas no-blancas que tiene como objetivo la creación de identidades y clasificaciones a sometertiene su contraparte en la creación de una identidad racial opresora encarnada en las personas blancas.
Los análisis y debates sobre el racismo se han centrado principalmente en las personas que lo han sufrido, pero a menudo se obvia la necesaria participación o colaboración de quien oprime.
Porque una de las características principales de la blanquitud es su invisibilidad.
Su existencia pasa desapercibida para la mayoría de nosotras. ¿Y cómo se combate algo que no se identifica?
Necesitamos poner el foco, como paso previo a su desmantelamiento, en la cosmovisión, el conjunto de ideas y formas de ser que conforman el dispositivo racial de la blanquitud.