Al promediar la Segunda Guerra Mundial, a principio de los años cuarenta, instalado ya en Nueva Cork, Duchamp mantuvo un largo romance con la artista plástica brasileña María Martins.
Fue su musa para varias obras, inclusive para la más definitiva, Dados. Pero, es verdad, como sostiene la crítica, que entre su obra y la de Maria, tan elogiada por Andre Breton, no hay nada en común? Que lo de ellos fue solo pasión de dos cuerpos?