Un calor que no da tregua. Una noche cuya oscuridad se alarga. La adolescencia y su rebeldía y las primeras experiencias.
«No había mucho más que hacer ese verano», leemos. A partir de ahí, una enorme historia que se abre a tantas posibilidades como lecturas: crisis y memoria de una dictadura, incógnitas e inquietudes, desencanto y búsqueda.
Personajes que se ahogan y dudan. Asesinos en serie, lo siniestro y la enfermedad. Música y consecuencias.
Eso es lo que Mariana Enriquez –cuya capacidad para distorsionar la realidad no deja de acumular y sorprender a muchísimos lectores– nos entrega en este libro ilustrado por Helia Toledo, con un espectacular debut editorial que no solo dialoga con el texto, sino que lo lleva a más formas de mirarlo y de leerlo.
Original e irónica, En Palacio nos encontraremos es la historia de Antonio, de los profundos cambios que se producen en su vida desde que un día decide demostrar, con una sencilla idea, que se puede viajar en el tiempo.
Para conseguirlo, tiene que empezar por cambiar la persona que hasta entonces había sido, abrirse a los demás y estar dispuesto a compartir su vida.
Desde entonces, los acontecimientos se suceden con rapidez. Antonio descubrirá el amor en la persona de Julia, una encantadora mujer con mala suerte hasta el momento.
A la vez, pondrá en marcha un proyecto social de gran éxito, que cambiará la vida de los que le rodean.
Así, antes de saber si el sueño de Antonio se hace realidad, descubrimos la historia de un hombre que decide cambiar su vida y logra dejar huella en los que le rodean y en generaciones futuras.