El kimono de seda entrecruza de manera espléndida el deseo irrevocable de retirarse hacia los cuarteles de invierno de un hombre en su ocaso, con una historia de amor tradicional en Japón, el amigo muerto que se resiste a permanecer en el cajón y el desgaste inexorable de las relaciones de pareja.
Por momentos la línea entre ficción y realidad se diluye como cuando observamos el Lago Llanquihue con niebla y no advertimos la separación entre agua y cielo.
El problema de llegar a viejo para el protagonista, Miguel, quizás no es llegar a serlo, sino más bien la secuencia de menoscabos que acontecen en el camino del descenso.
El detrimento laboral de un geólogo otrora premiado, los problemas mentales y físicos que se acrecientan, el desapego emocional de Valentina su esposa más joven, y la auto imposición del oficio perverso de la escritura, son solo algunos de los dragones de su apocalipsis individual.
Estimado lector esta novela es una historia muy bien contada que desembarca en la era de la deconstrucción del macho y una vez que te sumerjas en sus páginas no podrás dejar de leer.