Base Material De La Nación: El Concepto De Nación En Marx Y Engels

$23.600

Autor

Editorial

ISBN

9788417700607

EAN

Sin existencias

El marxismo ha venido tratando lo nacional como un “problema” o una “cuestión”, sin desarrollar un concepto propio de nación. Evidentemente, contribuyó negativamente a ello la noción simplista de Stalin, descriptiva y cerrada. Imperó pues el interés puramente político y externo al hecho nacional. En este La base material de la nación. El concepto de nación en Marx y Engels, de Carlos Barros, se parte de la intuición del judío bolchevique Ber Borojov sobre el uso del concepto “condiciones de producción” (utilizado por Marx y Engels), y se investigan todos sus escritos. Así, en este libro se investigan tanto los teóricos-metodológicos como los periodísticos o las cartas. Y se hace a fin de sacar a la luz la noción subyacente de nación, materialista y dialéctica, que informaba sus posicionamientos sobre los hechos nacionales de su tiempo. Ese que les llevó a apoyar con entusiasmo al nacionalismo irlandés y polaco, al tiempo que la unificación alemana. Combinaron los fundadores con destreza lo material-objetivo (geográfico y económico) con lo ideal-subjetivo (histórico, político y cultural), con sus frecuentes y paradójicos cruces, partiendo de la división histórica de la humanidad en clases y naciones, devolviendo al primer plano explicativo las condiciones económicas, entrelazadas con las condiciones naturales e históricas, para aprehender la historicidad, la viabilidad y la durabilidad de las naciones. El momento es oportuno para redescubrir, siglo y medio después, la sorpresiva superioridad del método de Marx. En el siglo XXI vivimos el retorno de lo nacional: resurgen las viejas naciones sin Estado. Entran en crisis los decimonónicos Estados-nación. Y emergen en el ámbito global esbozos de nuevas relaciones de nación. Superposiciones móviles que exigen, para su comprensión global, del método marxista original. Ese método materialista al tiempo que subjetivista y complejo. Distante, por supuesto, de la superficialidad y la bronca hoy políticamente dominantes.